¡Por eso eres pobre! Le dije. El hombre flaco me miraba como quien supiera la solución a su desdicha. Minutos antes, bajaba yo de mi carro con muchos bultos pesados. Lo vi sentado y mendigando y le pedí que me ayude. Lo primero que hizo fue poner una tarifa a su ayuda. Le ofrecí dos monedas. Entonces cargó dos bultos y volvió a sentarse sobre su cartón al lado de una lata que con su mano extendió para que depositara las monedas.
- ¡Por eso eres pobre! -Le grité - ¡Porque no das el extra! Es dar más allá de lo que te piden.
-Estoy enfermo –me dijo. Se volteó y se acostó sobre su cartón.
Yo misma cargué mis bultos. Él mendigo me vio pasar, me vio sudar y hasta casi caerme sin mover un solo pelo para ayudarme. Cuando hube terminado, subí a mi carro, baje la ventana y allí estaba él con la lata en su mano esperando las dos monedas. Le di seis.
-No es cuánto tienes, sino cuánto das lo que hace que yo esté aquí y tú –le señalé su cartón- allá.
Clb
Algo debe tener de cierto...!!!
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