jueves, 11 de diciembre de 2014

Los Foniablos




En algún lugar de un mundo no muy diferente al nuestro existieron los  Foniablos. Eran seres sin ojos,  sin nariz, y sin oídos pero con grandes bocas y hablaban con mucha fuerza.  Se creían libres porque decían lo que querían: halagos, insultos,  filosofías o simples palabras del día a día  sin generar ofensa alguna. De la misma manera que los mamíferos a minutos de nacer dan sus primeros pasos, los Foniablos, sin que nadie les enseñe empiezaban a hablar. A veces cantaban con mucho entusiasmo diferentes canciones, melancólicas, de marcha, alegres, de esperanza, que inventaban en el momento ya que nunca habían escuchado a alguien cantar . Oírlos  hablar hubiera sido algo así:
-Te dije que pongas a hervir el agua hace dos horas voy a llegar tarde no sé quién no quiso ir conmigo ayer por más que jale su brazo son todos unos brutos ¡tengo hambre! Cuando sintamos el frio de la noche cantamos ¿ya? La canción que ustedes quieran pero te odio porque nunca me respondes  a mis cumplidos ¿quién más está aquí? ¡Quien sea que seas no me quites el zapato!
Los Foniablos se extinguieron por soledad.   Y así como ellos,  se extinguen algunos matrimonios, familias y amistades en este mundo, porque solo hablar no es suficiente, hay que querer escuchar.

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