miércoles, 29 de septiembre de 2010

Mendigo Castigo PAPÁ

Mendigo Castigo padre, experto en desapariciones, después  de casi una decada, apareció. Tocó la puerta, varias veces, y cuando llegaba a la tercera vez, la de la excusa para irse, abre Mendigo.
- ¿ Y papá?
- Mendigo, hijo mío, ahora que has crecido,  he venido porque tengo buenas nuevas para ti - le dijo mirándolo a los ojos.
- Mi mamá no está.
- Eso es bueno, porque sólo quiero hablar contigo. ¿Habrá comida para tu exhausto padre?
Se sentaron en el comedor de la cocina. Ni Mendigo, ni su papá, sabían nada de calentar la comida.
- Así no más papá. Ya se acabó todo.
Mirando detenidamente la cocina, hace una observación:
. Veo que a tu madre y a ti les va bien. Eso me hace sentir muy orgulloso de ustedes. Sigan así. En cuanto a lo de los alimentos, no te preocupes hijo, sentir hambre me hace más sublime como  hombre- mirando al vacío, tomó aire con abnegación, y siguió - Mendigo, te preguntarás dónde he estado todo este tiempo.
- No.
- Vengo a saciar tus preguntas e inquietudes, pero quiero que sepas que todo ha sido por un buen fin para ti. He estado trabajando.
- ¡Ay no!
- Pero ha llegado el momento de que extienda mis alas y busque nuevos horizontes. El mundo todavía está privado de mi ingenio y talento. Es por eso que vengo a delegarte el negocio familiar.
- ¡¿ Tienes una banda, con instrumentos?!
- Mejor aún. Escucha detenidamente en qué consiste, para que te familiarices, y puedas tomar el mando: Desde el lunes, a las 8 de la mañana, hay que ir a kuild lodjgo diesn, diankdof, kdognn, dihkolokl kkvhdpas dfkhik kfivjkldsjfls, doiasfj. Tkdsfja, dfjasfns, voasfn jsdfiasnfl.faspfsnmfls lfasjfnsf. kuild lodjgo diesn, diankdof, kdognn, dihkolokl kkvhdpas dfkhik kfivjkldsjfls, doiasfj. Tkdsfja, dfjasfns, voasfn jsdfiasnfl.faspfsnmfls lfasjfnsf .. y cada quincena te pagan. - es todo lo que Mendigo oyó.
- Ya... Papá, mi mamá siempre anda gritando de que le debes una plata de mi comida, desde que soy chibolo. Págale pues, porque me anda cobrando.
- Mendigo, hijo, hace ya un tiempo que mi mente despegó de las vanalidades de la vida. El dinero no lo es todo. Dile eso a tu madre, que se relaje, que respire profundo, que camine, que busque lo que más vale en la vida, el hogar, los amigos, un atardecer en la playa ...- y se quedó mirando al vacío. Sólo su papá tenía ese efecto en Mendigo, desde sus adentros le sacaba  la  pregunta,
- WHAT???
- Hijo, debo retirarme ya. No es de gentes alturadas hacer abuso del tiempo de visita. El lunes a las 8, es tu cita con el destino. Hazme orgulloso hijo, trabaja mucho, sé como yo - Y ¡buu!, una vez más desapareció, dejando una estela de luz al cerrarse la puerta.
La mamá de Mendigo, sintió esa extraña presencia que le hacía recordar su juventud, y el desafortunado momento en que conoció a quien fuera su martirio, Mendigo Castigo Papá.
- Este ha estado acá. Lo puedo oler. ¡MENDIGOOOOOOOOO! ¿Le cobraste lo de tu comida?
- Sí... no tiene... ¡Má, tengo hambre!
El lunes llegó, y a las 8 de la mañana, ni Mendigo, porque es de madrugada, ni su papá, porque se le olvidó, aparecieron en el lugar citado. Piña pues, adiós negocio familiar.

clb

Mendigo Castigo y el piano

Suena el celular:
- Habla
- Mendigo, ¿vas a venir? La hora de la sala de ensayo ya está corriendo.
- No puedo. Hoy vienen mis tías y les quiero pedir el piano.
- El piano ¿para qué? Si nadie toca.
- En el piano se compone, déjamelo a mí. Es lo que me falta para completar las canciones. Además mi mamá ha preparado lonchecito. Canten ustedes...ya después cuadramos. Bye. - colgó.
Sonó el timbre a las 5 p.m. La tía Himelda y la tía Gaudencia entraron en casa. Se podía sentir su colonia Jean Naté intoxicando el ambiente. "Huele a viejilla". Se les escuchaba hablar sin parar. A las 6 p.m. baja Mendigo, para "saludar".
- Tía Himelda, no le puedes seguir  haciendo eso al rock´n roll. Tienes que cumplir lo que prometes.
- Hola hijo, ¿de qué hablas?
- Del piano tía. Te pasas, me has mecido con toda tu experiencia de meter cabeza en tus bussiness. Ya no le hagas eso al rock, por favor.
- Pero hijo, te dije que cuando me muera te lo iba a dar, y no me he muerto todavía.
- Pero ya pe´tía. Mira qué haces, pero el piano tiene que ya estar conmigo. La creatividad musical se me está abombando, la banda no avanza porque hay canciones que no he acabado y necesito el piano.
- ¿Quieres que me mate para que te lo dé? No te entiendo hijito.
- Tía, ¿ya qué haces aquí? ¿Si un día te caes del micro y te pasa algo? Mejor es que tú escojas cómo y ¡ya!  me dejas el piano - dijo Mendigo, en esos ratos que su profunda filosofía egoísta no debería salir.
- ¡Oye, te dije que lo RRRRRRRRREVIENTES cuando era chico! - gritó la Tía Himelda, mirando con furia a la mamá de Mendigo.
- No quiso pues, le daba pena porque era chiquito, que porque no está el papá. y ahora míralo...¡qué barbaridad! - renegaba la tía Gaudencia - Yo jamás le hablé a un adulto así, mis padres me dieron duuuuuuuuuuuuuuuuro, me quedé coja, eso sí, por tanta corrección, pero no me arrepiento, así debía ser, para no acabar como este mangansón. Yo lo botaría de la casa.
- Mendigo, vete a tu cuarto ahora - gritó su mamá.
- Má, pero no hemos tomado lonchecito todavía.
- ¡Oye! El lonche es para tus tías y para mí, a ti nadie te ha invitado. Arranca, arranca.
- Má, yo quiero leche con milo y ese pye de ahí. Y no le des nada a estas viejas gorrionas que siempre vienen a comerse nuestra comida.
¡PUM! Sonó en seco la muleta de la tía Gaudencia en la espalda de Mendigo.
- ¡Ahu! Ya tía, el pye para los dos.
Las tías y Mendigo se sentaron a la mesa. No se pudo hacer más por el piano, porque la Tía Himelda dejo claro que solo DESPUÉS DE MORIR le entregaría el instrumento, y que bajo ninguna circunstancia provocaría su muerte, ni aún triplicando su dosis de medicina para el corazón, como le sugirió Mendigo.
En la puerta se despidió de sus tías. Le dejaron su bolsita de toffees, como siempre, y sus 50 soles de parte de cada una para que Mendigo lo gaste con "esos vagos con los que andas".
- Te pasas Mendigo - le dice su mamá después de propinarle un fuerte lapazo en la nuca.
- Má, de mi propina no te voy a dar nada, porque de chibolo me la quitabas y te la gastabas toda. Me debes ¿ah?
Suena el celular.
- ¿y el piano?
- ¡Tengo 100 lucas y toffees! Y no me friegues, porque no te voy a devolver nada de lo que DICES que te debo. ¿Tú me hueles cuando estoy con plata, no? Chaú, vivaso.
Lo que Mendigo no acepta es que sus tías son longevas, de la misma madera que Matusalén. Pero por lo menos no le faltarán toffees y propina por muuuuuuuuuucho tiempo.

clb

viernes, 24 de septiembre de 2010

Mendigo Castigo de gira

Son las 11:30 a.m., y ya está amaneciendo. Mendigo Castigo, necesita al menos 12 horas de sueño. No es por salud, no es porque es bebé, sino que los que son como él, ni aún la extrema necesidad les hace negociar su sagrado sueño.
Abre los ojos, y hay una nueva gira en su cabeza. Ayer fue una nueva canción. Anteayer un nuevo arreglo. El día va a empezar, y debe tener algo nuevo que conquistar, gente a quien cautivar.
Su vida se mantiene alejada de las drogas, el alcohol, el cigarro y todo tipo de sustancia química que pueda ocasionar adicción. Alejado de todo, menos de la música, vieja amiga, compañera de derrotas, materia prima de grandes sueños, mucho más vital que el aire para Mendigo Castigo.
Un polo azul, que no se sabe si está limpio, total, se lo puso tres días, el jean aguja, las All Star, la billetera, la uña,, y para nada tocarse el pelo, así está bien, es suficiente para ir a comprar el pan, que como toda la vida no va a encontrar, porque hace tres horas que se acabó.
Ahí viene, otra vez, renegando por la vereda hacia su casa, porque la panadería no entiende que el pan se sujeta a los clientes, no los clientes al pan. Punto. Si a la 1 p.m. Mendigo desayuna, a esa hora debe de estar el pan. "Por eso anda misia la panadería, no quieren vender", piensa, a la vez que se abruma con su propias conclusiones que harían multimillonario a cualquier negocio.
Se sienta en la mesa, le da pereza hervir el agua, así que se sirve agua del caño, le echa cocoa y azúcar, y a pensar: "¿Cómo hago con la visa?". Es que su gira empieza en los Yunaites, pasando por las casas de sus patas gringos del Facebook que le han dicho que su música está bacán. Después a Londres, con lo que gane en la gira americana. De Londres a Argentina, porque ya con la experiencia del tour, su música habrá evolucionado, y está lista para competir con el rock argentino, y hundir del todo a Ceratti y a Fito.
"¿Y la plata?", una pregunta que no lo inquietaba hasta hace unos minutos. Como piensa en grande, calcula que con unos cinco mil cocos llega y la hace en sus primeras paradas en USA.
En eso siente más hambre. Se para frente a la refri. "No hay nada", dice al mirar en el interior, mientras una docena de huevos, queso, mantequilla, comida de ayer, manzanas, torta, yogurt, jugo, pizza, y hasta The Annoying Orange lo saludan. "Pucha, mi vieja se malea. Por eso tengo que tocar, porque sino, nos seguimos muriendo de hambre".
Con el hambre en segundo plano, sale a la calle a buscar a su bajista. Suena el celular.
- Mendigo, no la hago para llegar al ensayo,  tengo examen.
- Ah no. Ya te he dicho que la banda te necesita al 100%. ¿Cuándo salgamos de gira, por un examen no vas a ir?
- ¿Gira? ¿Qué hablas oe?
- ¿Ves? Eso eso te pasa por estar en otra. Ya tengo todo, salimos en dos meses, con los equipos, con todo.
- ¿Qué equipos oe, de que hablas? Solo tienes tu uña.
- Ya empiezas. Si no vas a creer en esto, salte de la banda, ahorita. No necesitamos gente que no quiera creer. Si quieres ser un tío contador, con tu trajecito, viejo, sin pelo, pagándote tu entrada a un concierto de metal que te va a chocar porque ya para ese entonces vas a ser fan de Radio Felicidad, anda da tu examen y sácate 20.
-  Ya pe´ Mendigo...
-  ¿Ves baboso? Te espero a las 6 p.m. en la sala de ensayo. Llega a la hora, porque tú sabes que estamos con descuento , y suma bien pe´, porque para eso estudias, ¿no?, para sumar. Si llegas tarde, tú pagas completo.
- Voy a ver que hago.
"Tarado", decía mientras iba..."¿a dónde?". Se sentó en el parque a pensar oootra vez en la gira, la visa, "¡la plata!". En eso aparece un perro, triste sin dueño, que lo miró a los ojos, y lo siguió, lo correteó. "Love at first sight", le dijo al perro mientras el tiempo entraba en una seria parálisis. Debo traducir esto, "Amor a primera vista". Para Mendigo hay frases que solo deben ser dichas o pensadas en inglés.
Las tripas suenan, ya es casi las 3:30 p.m. "Mejor regreso a mi jato, a comer. Ven Fender", y su nueva mascota le siguió.
Entra a su casa, y comienza la repetida cantaleta, que desde hace 15 años recibe a Mendigo al cruzar la puerta: "Hasta cuando, qué barbaridad, no haces nada, todo el día duermes, ni te bañas, no limpias nada, no ordenas, dejas todo tirado, no me has dado el vuelto de la luz, tus amigos cochinos me dejan apestando la casa, encima quieres comer, semejante vago, igualito a tu padre, sinvergüenza,  cuándo vas a trabajar, me quieres matar, eso es lo que quieres, voy a quemar esa música, a ver qué haces, loco, y encima traes a ese animal, zarrapastroso como tú, ni para tus medias tienes, y ya quieres tener animales, estas loco...", y así sigue, mientras le sirve el almuerzo.
- Mamá,¿qué necesito para la visa?
- Que seas gente. ¿Para qué quieres visa?
- Ah ya. ¿Me prestas plata?
- Oye, ni el apellido te quiero prestar. ¡QUIERO QUE ME LO DEVUELVAS!. Te voy a dar un palazo por andar pensando idioteces, en vez de querer ir a estudiar.
- Má, la comida está fea.
- Lárgate oye - dice mientras regresa a la cocina - ¿cuánta plata quieres?
- Para la visa no más. Serán unos quinientos.
- Puñetes serán.
- No pues, dólares.
- ¿Oye tú crees que yo soy banco?
Se levantó, se fue al internet, y llegó tarde al ensayo. Su bajista pagó el ensayo, porque llegó impuntual: media hora antes.
En dos semanas perdió su entrevista en la Embajada. La cita era a las 8 a.m. "¡No pues!, porque lo hacen de madrugada, ni hablar, yo no voy".
Con el vuelto de los quinientos dólares, se compró unas tabas y cambió de celular.
Son las 11:30 a.m., y ya está amaneciendo. Mendigo Castigo abre los ojos, "Mi guitarra está vieja, la tengo que cambiar". El día va a empezar, y hay algo nuevo que conquistar, gente a quien cautivar.

clb