jueves, 30 de diciembre de 2010

El vuelo


Marianita y Valentín jugaban en el parque a que podían volar. Marianita con mágicas alas de mariposa y Valentín con una capa negra. Ella estaría en peligro porque era un hada buena que ayudaba a los niños y el malvado Perro Loco la quería envenenar. Valentín la rescataría con el fuego que sale de su boca y los dos se irían volando a un lugar seguro.
Las madres observaban con poco cuidado a los niños jugando. La conversación sobre el vergonzoso embarazo de una vecina las tenía absortas.
-¿Dónde está Marianita? -dijo la mamá como volviendo de un sueño, después de media hora.
-¡Tampoco está Valentín!
Las angustia sobrecogió a las madres y alborotadas le preguntaban a todo transeúnte si habían visto a sus hijos.
¡Mamá! ¡Vamos a volar! Se oyó una lejana vocecita que parecía venir del cielo. Las madres voltearon y en lo alto de un edificio vieron a los niños, que agitaban las alitas y las capas, llenos de alegría, ayudándose mutuamente a pararse en el borde, ¡listos para saltar!
-¡Noooo! ¡Bájense de ahí!
Marianita con mucha inocencia y dulzura sonreía mientras se acomodaba las alitas. Valentín miraba como sus dedos trataban de ajustar las amarras de su capa.
-¡Mamá cuenta hasta tres! –gritó Valentín. Su mamá se desplomó de terror.
Tomados de las manitos, saltaron con una sonrisa ingenua. La mamá de Mariana volteó la cabeza y se tapó los oídos.
Las alitas en el pavimento aleteaban despacito. La capa de Valentín se mojó con su sangre. Las madres no se volvieron a hablar. Al enterarse de la noticia la vecina embarazada de un hombre casado, abrazando su barriga preguntaría:
-¿En qué estaban pensando estas mujeres?

domingo, 12 de diciembre de 2010

Muñecas


Con mucha tristeza y humillación, la pequeña Eulalia regresa a casa en silencio de la mano de su madre, que la sujeta toscamente. Todavía escucha en su memoria las risotadas de sus amiguitos mientras señalaban su cabeza.
Dos meses atrás su abuela le regaló una Jennifer, una preciosa muñeca curvilínea de larga cabellera dorada. Eulalia sólo había jugado con la None, una gran muñeca de trapo que la acompañaba desde la cuna.
-Le ha gustado. ¡No ha dicho ni una palabra! –dijo con satisfacción la orgullosa abuela.
-Mami, qué bonito su pelo ¿no?-fueron las únicas palabras que pronunciara Eulalia ese día.
Las semanas siguientes Eulalia cepillaría el pelo de Jennifer con mucho cuidado y amor recibiendo una perfecta sonrisa de plástico que le agradecía fortaleciendo su obsesión.
-¡Qué bonita eres! ¡Quisiera tener el pelo como tú!-casi cantaba Eulalia de la emoción mientras la guardaba respetuosamente en su caja.
Día a día antes de ir al colegio, Eulalia se miraba en el espejo mientras su madre batallaba con su pelo crespo para desenredarlo y por lo menos hacerle una colita para que vaya decente a estudiar. Cada mañana su imagen le parecía más fea, más grotesca, más negra, más sucia, más deforme, más triste. Por el reflejo veía sobre su hombro a Jennifer sonriéndole. Poco a poco, en la rutina del peinado matinal fijaba la mirada en sus pies hasta que oyera la hermosa frase con la que mamá daba por terminada la labor de acicalamiento:
-Preciosa como siempre, mi negrita linda –y con un beso en la frente la bendecía.
Esa tarde se quedó mirando a Jennifer. Después de una hora, se trepó en el banquito y se puso frente al espejo. Algo estaba mal. Su pelo parecía una esponja sin forma, no era como el de Jennifer. Sus dedos se enredaron. Miró a Jennifer y su congelada sonrisa le dio una sugerencia.
-Mamá, voy a dar una siestita –gritó con chillidos de alegría.
La mamá no prestó atención. Después de unas horas le extrañó que no bajara a tomar la leche. En la penumbra de la tarde, buscó la silueta de Eulalia, que estaba envuelta en su manta. Sólo pudo distinguir sus blancos dientes porque sonreía con emoción.
-Mañana voy a tener el pelo rubio y largo como Jennifer –susurró como quien no quiere interrumpir algo solemne.
La mamá no pudo dormir toda la noche. Ya había sido difícil ayudar a Eulalia a no hundirse en los insultos de los amiguitos en el colegio. Doña Pepa, mandinga, wakawaka… Y ahora que Eulalia se había cortado todo el pelo…con lo obstinada que es…
Eulalia no había podido dormir. De cuando en cuando pasaba la mano por la cabeza esperando sentir su nuevo pelo. Hasta que la venció el sueño.
A las siete de la mañana, Eulalia saltó de la cama y corrió hacia el espejo. Estoy más fea que nunca. Jennifer le sonreía. Las lágrimas llenaron sus ojos. Se tapó la cara con las manos y lloró en silencio. Entre suspiros se miró otra vez. Sin prisa buscó a la None y las tijeras y le cortó las gastadas colitas de lana.  
-Ella es como yo ¿ves?, no miente como tú –con amargura le reprochó a Jennifer.
Las lágrimas de la mamá corrían por sus mejillas mientras se acercaba cuidadosamente con el uniforme del colegio.
-Eulalia ¿quieres quedarte conmigo hoy? –le sugirió con un tono suave sujetando la sobreprotección en sus entrañas.
-No. Voy a ir al colegio.
Una alfombra con pétalos de risitas, carcajadas, murmullos y miradas de asombro, recibieron a Eulalia. En silencio y sin mutarse aprendió las ta,te,ti,to,tu y ensayó para bailar la Valicha. Sólo pensaba en Jennifer y lo mentirosa que era.
Al llegar a casa, buscó a la None y tuvieron una conversación muy seria.
-Está bien. Espérame aquí.
Eulalia trajo a Jennifer y la tijera. Con mucho cuidado corto el medio de la panzita de trapo de la None en línea recta como le enseñó su profesora.
-Preciosa como siempre –le dio un beso a Jennifer en la frente, y la metió dentro de la None.
-Mamá ¿puedes coser esto por favor?
La mamá observaba sorprendida el alivio que su hija recibía con cada puntada en la muñeca de trapo. No lograba entender lo que estaba pasando.
-Eulalia, tu pelito va a crecer, pero estás preciosa como siempre.
-Ya me creció mami, pero adentro –dijo señalando su cabeza.-Hemos encerrado a Jennifer para que ya no me mienta. Y la None me dijo que siempre quiere tener el pelo como yo.
Con los meses los rulitos volvieron a crecer. Con los años la calvicie de la None sería un homenaje a la belleza de Eulalia. Y la Jennifer muda en su barriga fue el mejor tratamiento para su autoestima.

viernes, 10 de diciembre de 2010

El Semáforo

El semáforo en rojo detiene a peatones que se miran a los ojos de esquina a esquina, mientras sus pensamientos esperando la luz verde se enredan, lamentan, odian, suman y se descuidan.
Alex está desesperado por la lentitud de los segundos del semáforo. Tengo que pagar hoy al personal. Si se me escapa este cliente ya no lo encuentro hasta que regrese de viaje ¿y el personal? Y Carmen que me va a matar si llego sin plata… Y la luz que se demora una eternidad en cambiar.
Del otro lado Miguel está delante de los demás peatones. Su mundo avanza a pie desde hace unos meses, cuando un infarto fulminante se llevó a su hermano mayor. Sabe disfrutar las pausas de cualquier tipo porque es una buena excusa para recordar. ¡Siempre fui torpe! Rubén fue un maestro al enseñarme el nudo de la corbata ¿qué más me habré perdido? ¿Por qué estudiaba tanto? ¡Qué tonto fui cuando le gritaba por el control remoto! Le daría el control, vería sus programas, le escucharía todas sus tonteras…que no cambie el semáforo. Me quedaría aquí toda la vida.
Doña Margarita marca con el pie el paso del tiempo. Tiene la bolsa del mercado sujeta en su puño. Algo no le cuadra con las cuentas. Pero si pagué la luz y eran ciento cincuenta y tres con cuarenta céntimos, entonces ¿por qué no me alcanza? Con ochenta soles no es suficiente para la semana. Y yo que me quería teñir las canas ¡Ya no la hago! Comeremos menestra pues. Para eso no tengo que ir hasta el mercado. La compro donde la Meche y me regreso a la casa. Para estar parada aquí perdiendo el tiempo. Mejor me regreso, por las puras voy a caminar.
Diana le ruega a Dios que el semáforo se demore. Hoy es su primera práctica de prótesis dental. El sólo imaginarse el mal aliento de sus pacientes le produce nauseas. Todo porque mi mamá no le sabe decir que no a mi viejo tengo que estudiar esta porquería de carrera. ¡Qué asco la boca de la gente! Y esta maletita con tanta plata en instrumentos que no pienso usar. Mejor los vendo y me lo gasto en ropa. No quiero llegar a la práctica. ¡Ay! Ya está en ámbar. Creo que me quedo otro rato más esperando por otra luz verde para que no me dejen entrar.
El choro disimulando estar apurado para llegar a algún lugar los estudia a todos. Ese flaco tiene cara de platudo, parece empresario. A veces tienen y a veces no, depende si han cobrado. Pero la tía va al mercado. Esas siempre tienen más de cien en su cartera. Lo malo es que gritan y hasta te arañan. Si se caen se les ve todo… ¡aj! ¡Ese que está pensativo! Pero tendría que meter la mano al bolsillo… Seguro que tiene el celular en el de atrás. La chica estudia medicina. A ver. Si pues, tiene la maletita. Allí si hay plata…
El policía ve al choro desde el otro lado. Este no me ha visto. A ver qué hace. Que cruce no más. En una lo atrapó. Está mirando a la chica…a la señora…al flaco…a ese que parece medio ido…todavía no decide… no me ha visto.
La luz cambia a verde. Miguel se queda parado mientras Doña Margarita avanza no muy segura. Alex casi corriendo llega a media pista. Diana da pasos lentos. El choro, fija su mirada en la maletita. Esta es la mía. Fuiste flaca. Diana ve acercarse al joven con aspecto sucio y la mirada oscura. Se da cuenta de que algo feo está por suceder. ¡Dios mío! Que no me haga nada… Seguro quiere la maleta, ¡que se la lleve! La deja caer en la pista y echa a correr. El choro la ve pasar a su lado lleno de sorpresa. ¿Y esta? De un salto llega hasta la maleta en media pista, la levanta y de otro salto llega a la esquina. El pecho del policía le impide el paso al choro. Lo coge del pescuezo y con las venas explotando por la asfixia deja caer la maleta. ¡Señorita! ¡Señorita! Todos los peatones le gritaron a Diana en un desafinado y heroico coro. ¡Noooooooooo! Pero al menos llegaré tarde. Dio la media vuelta, y con una sonrisa fingidamente agradecida, recibió del policía la maleta.
Ya no voy al mercado. Mucho choro. Doña Margarita regresó a casa. Alex ya estaba parado frente al siguiente semáforo tres cuadras más adelante. Otra vez ¿Cuánto dura la luz verde, ah? A Miguel le gustó esa esquina.  Voy a contar treinta luces verdes y me voy. ¿En qué estaba? ¡Ah! Cuando reventamos globos de carnaval llenos de barro. El choro fue a parar a la cárcel por un día. Técnicamente me encontré la maleta ¿no? El policía volvió a la esquina para cuidar de los peatones mientras piensan y se descuidan esperando el cambio de rojo a verde. ¿Y ese de ahí? Debe ser otro choro, porque hace rato que no cruza. Voy a esposarlo…muy sospechoso.


miércoles, 17 de noviembre de 2010

La pulidora de plata

 
Los deditos no podían sujetar el lápiz. La maestra dictaba cada sílaba con voz amenazante haciendo que el dolor en sus oídos, que no se le pasaba desde la madrugada, se inyecte a través de su quijada. Sus grandes ojos estaban secos por la mala noche y las frecuentes conjuntivitis. El olor a sangre  en su nariz le daba nauseas.
Garabatos que pretendían ser letras trataban de convencerla de que estaba aprendiendo algo. A sus nueve años con emociones firmes y heridas de una mujer de cuarenta, había trabajado lo suficiente como para entender que estudiar no era opcional.
Huérfana, al cuidado de su abuela enferma, Romina solo sabía pulir plata. En una mesita frente a la puerta de su casa que da a la esquina del mercado, mezclaba el bicarbonato con agua hirviendo en un recipiente, inhalando desde los cuatro años el blanco polvo que le daba algunas moneditas para poder comer y que le deterioraba lentamente los pulmones y los ojos. Su vida se llenaba de alegría con las visitas de Renata, a quien Romina bautizó en su pequeño mundo como “La Señora de Plata”.
“Solo faltaba esto, que yo misma tenga que venir al mercado a comprar en medio de toda la mugre”. Renata se quejaba siempre. Todas las empleadas eran unas brutas por eso no duraban ni una semana. No era mucho pedirles que desde las seis se levanten y que tengan las cosas limpias y en orden. Para eso se les paga. Sin usar desodorante se paseaban por la casa. ¡Cochinas! Se detenían en los rincones tratando de enterarse de su vida. Su esposo manoseaba a las más piernonas. Mejor era hacer las cosas ella misma aunque dinero no le faltaba para tener diez ayudantes pero era imposible confiar en esta gentuza.
Una vez por semana Renata traía al mercado algunos aretes, sortijas y pulseras de plata para que Romina los pula. Se impacientaba al esperar los cinco minutos para que el agua hierva. Los deditos de Romina, callosos por las quemaduras con la tetera no le fallaban a Renata. Romina daría lo que sea porque ese perfume se quede en el ambiente para siempre. Renata con los ojos abiertos se volvía ciega e indolente ante el pequeño rostro que la miraba con admiración. La plata empezaba a brillar cuando Romina con fuerza y amor sudaba al pulir cada anillo o pulsera. Renata le prohibía a su corazón sentir compasión y dejar algo extra para la niña. “Lo justo es lo justo, esta gente tiene que entender que el dinero no le llueve a nadie. Y mejor si lo aprenden de pequeños para que no estén robando”
-   Tenga señora – dijo Romina con una gran sonrisa y con el rostro  pálido al entregarle sus joyas.
-   Gracias – con firmeza e indiferencia agradeció Renata mientras le pagaba.
-   Señora, no sé por qué, pero creo que ya no la voy a ver. ¿Por qué no me trae todo lo que tenga de plata para dejárselo lindo?
-   ¿Qué te pasa mocosa? A mí no me hables. Seguro que me quieres robar. Trabaja y estudia para que no te vuelvas delincuente.
-   No señora, no quiero ser delincuente, quiero ser como usted…

“Chibola de miércoles, ¿qué se ha creído?” Renata se dio media vuelta. Romina la vio alejarse y sonrió. “Así de linda quiero ser de grande”, dijo en voz alta al inclinarse para ver todo lo que pudiera de los pasos de Renata mientras  desaparecía entre la gente.
Renata fue a Miami para olvidar las perradas que le hacía su marido. Se llevó a los niños para chantajearlo. Después de tres semanas en que la distancia no hizo nada por su matrimonio, regresó a su rutina y a su comodidad completamente convencida que era la mujer más desgraciada de la tierra y que su dolor no tenía comparación.
Con los amargos monólogos que la acompañaban al mercado, mecánicamente llegó a la cuadra de la pulidora. La humedad de Miami había puesto verde casi todos sus accesorios de plata. No vio la mesita en la puerta, así que tocó el timbre. Nadie contestó.
Unas vecinas con caras acongojadas se acercaron a ella.
-   ¿A quién busca señora?
-   A la niña que pule plata.
-   Hace tres semanas que murió.
La noticia no la sorprendió porque tres semanas antes su corazón también había muerto pero desafortunadamente su cuerpo seguía con vida.
-   ¿De qué se murió? – preguntó Renata, tratando de disimular el poco interés que tenía.
-   Por el bicarbonato señora. El bicarbonato en polvo ella lo respiraba cuando esperaba a los clientes. Bueno, usted era su único cliente. Nadie sabía que estaba enferma. Su abuela pensaba que era la gripe. La última vez, cuando usted se fue, a los minutos, ¡plaf!, se desmayó y ya no se levantó – dijo con mucha lástima una de las vecinas.
Renata se dio media vuelta y nunca más volvería a buscar la mesita en la puerta de la casa en la esquina del mercado. “Es una pérdida de tiempo esta gente y encima se muere rápido”.
Años después, Renata en una bata blanca sería sedada para poder sacarle de las orejas, los dedos y las muñecas, verdes aretes, sortijas y pulseras que le podrían la piel. Agitando su cuerpo con desesperación gritaba: “¡No me los saquen si no los van a pulir! ¡Nadie sabe pulir! ¡Nadie! ¿Entienden? Nadie pule, ¿quién pule? ¿Tú pules? No puedes, no sabes pulir…”
Cayó en un profundo sueño. Días después despertó en una blanca habitación, a la que llamó “el mercado” y en la puerta del baño, sentó a una muñeca, con un recipiente y agua.  Pasó el resto de su vida esperando que se mueva. “No uses bicarbonato, si lo inhalas te va a matar…” Le repitió esta frase mañana, tarde y noche, todos los días hasta su muerte. Pero nunca le preguntó su nombre, ni le dijo adiós.

clb


viernes, 12 de noviembre de 2010

El Retorno consuela

Nuestro amigo Alex Meza presento hace unos días su corto de 8 minutos con un mensaje divino, El Retorno http://www.youtube.com/watch?v=AvMes0KSi6E  El lo hizo por el deseo de compartir con excelencia el mensaje de que aún después de la muerte, hay fuerza para volver a empezar.
Celebramos su presentación sientiendonos orgullosisimos de él. Pero hoy me llegó un mail de Alex que nos contaba lo siguiente:


HOLA ALEX, COMO ESTAS? MIRA NO VI EL CORTO, PERO TU DIRAS COMO ME ENTERE...
A ver por partes, primero esto paso con mi hijo:
http://www.frecuencialatina.com.pe/90segundos/detalle.php?Catid=89&NewsId=36541

Esto paso con mi hijo porque el se extravio el dia 27 de julio 11 y 30
de la mañana y cuando fui a la comisaria para que me ayuden a
buscarlo, la comisaria no me permitieron sentar la denuncia alegando
que debian pasar 24 horas de desaparecido para su busqueda, por lo que
solo deje los datos y fotos y sali a buscarlo sola.....
Asi transcurrio 16 horas de su busqueda...su papa tambien buscaba por
su lado..somos separados pero el lo veia todos los sabados y domingos
porque teniamos una relacion amical y conciliacion de alimentos.
La tenencia de mi hijo la tenia yo.
Otras amistades se unieron a la busqueda, donaron fotos la empresa
jwthomson...y mi prima q trabaja alli tambien busco con mi otra prima
...una ex congresista en su carro..hasta las 3 de la madrugada...hora
en que su padre sigueio buscando ..yo vine a mi casa a llamar a
hospitales ya q no aparecia x ningun lado.
Al final aparecio muerto por el tren de sta clara ... recien snos
comubnicaron 4 am a su padre y el vino con la ropa de bruno a
verme...esta estaba llena de sangre...fue muy triste para todos...
a las 8am fuimosa  ver el cuerpo...etc..e.t.c..
la prensa nos siguio todos los dias en carros ..et.c.stabms hartos...
Luego que paso... pues resulta que ese dia q bruno se perdio yo fui al
centro xq mi amiga habia llegadoo de francia para q conzca y tambien
para comprar unas cosas q tenia q comprar...
Pero... curiosamente, antes de llegar a plaza mayor q era nuestra
finalidad entramos al museo textil de arte a mano, sin haberlo
planificado y mi hijo...entro...se fue hasta el fondo.... y me señalo
y dio golpecitos a la luna de un textil..mi hijo casi no hablaba por
su autismo....entonces yo le dije q no le de golpecitos que se va a
romper la luna del textil....entonces el me miro y estaba parado
delante de u n textil del fondo del museo... entonces yo le tome una
de  sus ultimas fotos....no sabia q horas despues iba a morir....ese
mismo dia...
pero cuando paso 10 o 15 dias de su muerte empece a preguntarme porque
esto..porque el..etc...y empece a buscar el significado del textil que
el eligio y decia que era un ajuar funerario q se le daba a seres de
importancia cuando ibana a pasar de una vida a otra...esto no lo
invente yo...esto esta en esta pag web:


http://www.deperu.com/notasdeprensa/nota_prensa.php?ID=1860


Entonces vi, el significado del textil en esa pag web....l o extraño
es tambien la foto porque cuando le digo a brunito q pose para la
foto...posa y sonrie delante del textil q el eligio...y este no era
tan colorido cmoo otros pero el elegio ese...y sale en la foto con una
de las manos abierta en direccion como si cogiera otra mano...

Luego 10 minutos despues salims de alli llegamos a palacio de
gobiero..luego empieza a correr y se pierde...hasta que lo buscamos 16
horas y aparece muerto.

Entonces el otro dia estaba buscando denuevo la pag web del articulo
del museo textil y justo cuando la abri...se activo la publicidad del
corto...que decia el mensaje...es la vida tiene que poder contra la
muerte...es el mensaje parara qu3ienes hemos vivido combatiendo...
Y justo estaba buscando rptas a todos estos hechos y resulta q esa era la rpta!!
no he visto el corto..pero esa es la rpta..que e l amor no acaba con
la muerte..y que la vida tiene q vencer la muerte..... que asi halla
muerte...la vida sigue y tambien el espiritu.....
Y solo muere el cuerpo fisico pero el espiritu y el amor nunca muere!
Y que la vida continua por eso vence la muerte....
Y bueno ....lo del proyecto ley lo empece hace dos meses..este lo hice
a razon de la muerte de mi hijo para q la pnp no diga como me dijeron
a mi sra tiene q esperar 24 horas para la denuncia...efectiva...
por lo cual pense si mi hijo a muerto y se ha sacrificado q sea por un
bien superior enteonces recolecte firmas...hable con un congresistta y
ya sta el proyecto ley en favor de los desaparecidos del pais falta
que lo aprueben....


te envio el link de facebook en que consiste...para que puedas apoyar
y verlo....

http://www.facebook.com/home.php?#!/pages/Ley-Brunito/164535920229368

http://leybrunito.wordpress.com/


Adjunto una de las ultimas fotos tomada a mi hijo con el textil q
eligio horas antes de fallecer...para que veas el texti l y en la
posicion que esta su mano...


Como el msje q buscaba me lo diste tu..por eso te cuento esto...
Y este mensaje lo descubri porque volvi a entrar a la pag del museo
textil a mano....y se activo tu reel...del cortometraje...
Cuidate..hablms...espero no te halla incomodado el correo..pero me
gustaria ver el corto..o saber mas de que se trata...Gracias!


Alex creyó en su sueño. Trabajo su fe con cable tierra, sin volar como un globo. Dios lo uso y lo usará...


Catylabella

jueves, 11 de noviembre de 2010

Q.E.P.D.

Estoy haciendo los arreglos del velorio de esta vieja amistad ¡No sabes cuánto lamento esta pérdida! Mi desmedida soledad fue el callejón sin salida que cerró el paso a nuestras caminatas llenas de chismes y anécdotas en códigos inventados por el tiempo compartido. El apetito insaciable de un perrito faldero que nunca dijera no a tu mente infantil fue el puñal en el corazón que atravesó la frágil confianza que hacía latir nuestra comunión. Y un comentario torcido fue el viejo asesino en serie que sin dejar rastro la mató. Como entenderás y te pido disculpas de antemano, no existe una invitación con tu nombre para los servicios fúnebres. Estaremos solos el cádaver y yo habiendo aprendido que para algunos un buen amigo ya es una especie en extinción.