jueves, 11 de noviembre de 2010

Q.E.P.D.

Estoy haciendo los arreglos del velorio de esta vieja amistad ¡No sabes cuánto lamento esta pérdida! Mi desmedida soledad fue el callejón sin salida que cerró el paso a nuestras caminatas llenas de chismes y anécdotas en códigos inventados por el tiempo compartido. El apetito insaciable de un perrito faldero que nunca dijera no a tu mente infantil fue el puñal en el corazón que atravesó la frágil confianza que hacía latir nuestra comunión. Y un comentario torcido fue el viejo asesino en serie que sin dejar rastro la mató. Como entenderás y te pido disculpas de antemano, no existe una invitación con tu nombre para los servicios fúnebres. Estaremos solos el cádaver y yo habiendo aprendido que para algunos un buen amigo ya es una especie en extinción. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario