Te levantas de la
cama, buscas tus lentes y caminas descalzo hasta el baño. Cierras la puerta.
Sales llorando. Te dirijes a la cocina. El reloj marca las seis de la mañana.
Te pones una pesada bata. El café que te has preparado humea mientras cierras
los ojos.
El
café está frío, ya dejo de humear y tu sigues con los ojos cerrados. Te frotas
la frente con las manos. Caminas hacia el dormitorio, buscas debajo de tu cama.
Conectas
el teléfono. Comienza a timbrar sin parar. Han pasado ya diez minutos desde que
el teléfono timbra incesantemente. Pones el altavoz. ¿Hijito? Papito, están
buscando como locos el cuerpo de tu novia Lucía. ¿Tú sabes algo? Los papás han
ido temprano al velatorio y el cuerpo de la chica no está. ¿Estás bien? Cierras
el altavoz. Se oyen unas voces. Están
frente a la puerta de tu edificio.
¡Con qué rapidez has jalado ese cuerpo de debajo de la cama! Parece una
niñita. Es tan delgada y pequeña. Te tiemblan las manos. Se oyen las voces cada
vez más cerca de tu departamento. Sigues temblando, parece que te cuesta
concentrarte. Miras detenidamente el cuerpo ¡No es Lucía! dices como
susurrando. Estás dando vueltas alrededor del cuerpo. Te ves muy nervioso. Y
las voces se oyen cada vez más cerca. Tocan a tu puerta. Se saludan y te dan la
noticia de que el cuerpo de Lucía ha desaparecido del velatorio. Se te ve tan
sorprendido. Respondes con un tono muy natural y preocupado cada pregunta. Les
pides que te den un momento para alistarte y ayudarles en la búsqueda. Cierras la puerta. Vuelves a tu cuarto. Regresas el cuerpo debajo de tu cama. Te
alistas rápidamente. Vas hacia la
puerta. Vuelves a mirar hacia tu cama ¡No es Lucía!
-¿Cuántos
cuerpos se velaban ayer en la noche en ese velatorio?- preguntas
-Sólo
el de la señorita Lucía
Llegas
a tu casa en la noche. Buscas debajo de tu cama. No está el cuerpo. Te quedas
pensando. Suspiras como quien está agotado. Abres tu diario y escribes:
Lunes,
10 de marzo. Lo malo de que me tome las pastillas es que nunca sé en que
terminan los alucinaciones. Nota: No visites a tu mamá, ella mezcla las
pastillas con la comida que te invita.
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