lunes, 4 de octubre de 2010

Mendigo vulnerable

"...y sueña con escenarios, mientras le cambia la voz, del rojo al verde no hay mucho tiempo para jugar. Un día Luis despertó con una preocupación, y al mirarse al espejo no es el mismo ya no, el tiempo pasa volando, también para el pobre Luis, que aún no pierde las ganas de podernos cantar, uoh uoh uoh uoh Luuuuuuis, su nombre artístico es..." Si hay algo que es total Kryptonita para Mendigo es esta canción. El solo escucharla lo deja quince días mirando al techo, depre, depre, sin comer, sin hablar...
Hace ya unos  años, Mendigo decidió esconder su DNI, y estacionarse en los 24, y fue exactamente después de que por primera vez escuchara la voz de Franco de Vita en la radio, cantando la vida fracasada de uno que quiso ser músico.
Esta vez, no pudo escapar. Estaba en la combi, sentado al último, que es su trono de inspiración, de donde según él, salen los mejores arreglos, y en eso empieza la tonadita, y Franco de Vita. "¿Dónde está mi cama?", dijo como quien busca droga desesperadamente. Comenzó a tomar aire muy  profundamente porque se ahogaba, y el sentido común, totalmente vetado por Mendigo, le trajo un pensamiento que pertenece a la categoría mental Prohibido el Paso,  cuidado con los perros, WARNING (con todo y la calaverita): "¿Por qué mejor no estudias algo?". Estaba pasando por todos los institutos de la Av. Arequipa, y como se estaba ahogando en la ansiedad, "¡BAJO, BAJO, BAJO!". Y de un salto estaba frente a Selene.  Y se metió a preguntar.
- Cosmiatria, corte y confección, diseño de modas...
- ¿Y cuánto cuesta?
- ¿Es para usted?
- Yo soy músico o intento serlo y no he querido estudiar. Ya estoy viejo y no he podido grabar ni una sola canción. Mi ma´dice que canto horrible, y mi banda está más vieja que yo. Necesito algo que me saque del hueco en el que estoy. Ya no creo que consiga trabajo. Mi papá es un tránsfuga de la familia, me dejó chiquito con mi mamá, y solo el rock ha estado conmigo, pero no es fácil. Soñar y soñar me tiene cansado. No hago nada todo el día, me duele vivir así, no quiero morir sin haber llenado estadios, ganado grammys, haber sido famoso, y amado por la gente, que grita mi  nombre: ¡M E N D I G O!. Lo peor de todo es que le soy infiel al Rock porque me gusta "La hora del lonchecito", por mi vieja pues...buaaaaaahh! Y rompió en llanto.
La recepcionista le alcanzó un vasito con agua, y se compadeció de él.
- Yo sé que es duro, pero que bueno que te hayas dado cuenta. Todavía estás a tiempo, ¿pero estás seguro que quieres estudiar esto?
Mendigo lloró un ratito más...
- Yo no estudio porque el Rock es mi vida - había pasado el efecto de la canción - ¿qué te dije, ah?
- Mmm...depende, ¿qué te da miedo haberme dicho?
- Nada. Tranqui no más. Me voy a mi ensayo. Sorry por lo que sea que haya hecho. Pero si dije algo que ponga en riesgo a mí o mi banda, tú pagas.
- BUUU, ¡qué miedo!
- ¿Cómo te llamas flaca?
-  No le voy a dar mi nombre a un loco llorón. ¿Músico? Yo conozco músicos más arreglados que tú, y que hacen  algo por la vida.
- Mira, no te conviene ser mi enemiga...yo de estas cosas no me olvido. Cuando sea famoso, todos lo que son como tú van a ser mencionados en mi biografía, y el mundo sabrá que por ratas como ustedes, mi talento fue detenido...
- Para que escribas bien mi nombre en tu libro: Patricia Malicia.

Y Mendigo se enamoró.

Clb

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